En mi anterior post lanzaba la pregunta: ¿es lo mismo el dolor que el sufrimiento?...
El duelo es el proceso normal, transitorio,
asociado a una pérdida; de ahí que el DOLOR es INEVITABLE. A pesar de la
intensidad y malestar con la que se pueden vivenciar los sentimientos y
síntomas asociados, estos van disminuyendo gradualmente hasta que la persona
inicia el proceso de aceptación de la pérdida, que da lugar al reajuste
emocional y psicológico.

Cuando
la persona, en lugar de poco a poco ir centrándose en “vivir el presente”, se
queda anclada en el pasado, en aquello que ya no está o no tiene, esos
sentimientos de tristeza, culpa, rabia se instalan; esos pensamientos negativos
de creer que no podrá soportar el dolor o que éste durará para siempre, de “no
seré capaz de vivir sin él/ella”, “nunca volverá a ser lo mismo”, “nunca
encontraré trabajo”… se convierten en un bucle constante y del que no se
puede salir. De algún modo, en lugar de aceptar que esa realidad anterior ya no
existe, lo que pretendemos, en lo que continuamos invirtiendo nuestro esfuerzo
y empeño, es que la situación vuelva a ser como antes (que esa persona aún esté
con nosotros, que no nos hayan despedido...). Es entonces cuando el dolor, que tiene
su función y duración, se convierte en sufrimiento. El SUFRIMIENTO te aferra a
algo que no te permite crecer. La actitud, qué hacemos con lo que vivimos, el
significado que le damos a lo que ha sucedido es esencial para no convertir el dolor en
sufrimiento. SUFRIR es evitable. Hablaré sobre esto en mi próximo post.
Y ya sabéis, si os ha gustado, ¡compartid!. Os podéis
poner en contacto conmigo en psicologa.monicatimon@gmail.com
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