Una vez reconocidas
nuestras emociones y sentimientos http://www.monicatimon.com/2013/05/conciencia-emocional.html
es básica para una buena gestión emocional su EXPRESIÓN. Muchas veces somos capaces de tener
conciencia de nuestro estado emocional pero nos “contenemos”, “reprimimos su expresión”. La autorregulación se
refiere a la capacidad de gestionar o de encauzar las emociones debidamente. Identificada
la emoción la expresamos a la/s persona/s adecuada/s, de la forma apropiada y
en el momento oportuno con el propósito justo.
El verdadero
desafío para la autorregulación surge ante las situaciones y emociones no
deseadas, al igual que en los casos de aparición de estrés; habitualmente,
acostumbramos rechazarlo o bloquearlo. Hemos de saber dirigir nuestras emociones en lugar de que estas nos dirijan.
Es cierto que en algún
momento todas las personas hemos experimentado en alguna ocasión la necesidad
de “contener” la emoción, a pesar de que nos perjudica y nos quedaríamos mejor
expresándolo libremente, pero por alguna razón, frenamos la emoción. ¿Qué
sucede? ¿Qué hace que vayamos contra nuestras sensaciones y necesidades? Llevamos
una armadura a cuestas, como tortugas que llevan su caparazón. Esa coraza nos
ayuda a protegernos de las heridas o amenazas psicológicas; por ello hemos de
reconocerles su función positiva. Las corazas son ajustes creativos que nos
ayudan a poder responder mejor en situaciones significativamente importantes
para nosotros; es saludable no querer exponernos “al desnudo” en cualquier
contexto. El problema surge cuando esa coraza es empleada permanentemente, y la
vivencia de sentirse emocionalmente amenazados se generaliza a todos los
contextos; entonces nos cerramos sobre nosotros mismos.
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